Cifras en contra necesitan acciones a favor
Hay que trabajar conjuntamente para reactivar al sector: Guillermo Herrera, presidente de Camacol Nacional.
Guillermo Herrera C.
Presidente de Camacol
Desde el 2015 más de 250.000 familias han cumplido el sueño de acceder a una vivienda de interés social (VIS) y el programa Mi Casa Ya (MCY) ha sido determinante para que lo logren. Hoy, con la desaceleración en la dinámica de la vivienda, la apuesta de Camacol y de los actores involucrados, entre ellos el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, debe apuntar a atender las alertas, porque los recursos actuales no alcanzan para mantener el ritmo de producción, generación de empleo y de entregas que lo han caracterizado.
Por eso, la adición de $ 1 billón anunciada por el Gobierno al programa envía un mensaje de que estamos en la dirección correcta y es, sin duda, una respuesta para enfrentar las necesidades de las familias que necesitan lograr el cierre financiero. Además, es una forma de contrarrestar algunos de los inconvenientes del sector, que sigue reportando cifras a la baja.
Hace unos días presenté las cifras de Coordenada Urbana, sistema de información georreferenciada de Camacol, y los resultados no fueron los mejores: en los últimos doce meses, a marzo, se vendieron menos de 200.000 viviendas nuevas, que significaron una caída de 25,4 % frente al periodo precedente. De estas, 142.950 fueron viviendas de interés social (VIS) que también disminuyeron 25,4 % en términos anuales.
La misma tendencia marcó el trimestre, que, para el caso de la VIS, confirmó la contracción de 58 % respecto al mismo periodo del 2022 con 21.728 unidades comercializadas. El comportamiento mensual estuvo en la misma línea: cayeron 61,4 % y solo se vendieron 5.806 VIS, es decir, retrocedimos al nivel de ventas del 2013, algo sin precedentes.
Estamos viviendo una condición atípica, fuera del ciclo de la última década, que demanda continuar con las acciones del Gobierno y del sector privado para implementar una nueva estrategia contracíclica con el fin de impulsar la reactivación y generar un efecto multiplicador de MCY en la economía, siempre y cuando se mantengan los criterios de eficiencia y transparencia que ha tenido el programa hasta la fecha.
De hecho, por cada peso de gasto público se generan 10 pesos de inversión en la economía; incluso, la VIS implica empleo y demanda de insumos, lo que quiere decir que si seguimos construyendo esta oferta en los niveles previstos generaríamos $ 15,7 billones en demanda de materiales el próximo año y garantizaríamos la ocupación de más de 812.000 trabajadores que participan de manera directa e indirecta en el sector.
Reitero que celebro los recientes anuncios del presidente de la República y de la ministra de Vivienda, porque son pasos que se dan para beneficiar a los hogares y, en alguna medida, contener la tendencia a la baja reportada por Coordenada Urbana. Sin embargo, de mantenerse representaría una contracción en las ventas de VIS de casi el 43 % al cierre del año y nos situaría por debajo de las 100.000 unidades, algo que no se había observado desde 2018.
Por eso, precisamente, debemos seguir apuntando en la misma dirección y esto también implica recordar que se requiere un régimen de transición efectivo para los cambios propuestos al programa, sin trámites adicionales, de forma simple y eficiente, para honrar la confianza y garantizarles el cierre financiero a las familias hoy y en los próximos años.